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viernes, 2 de julio de 2010

Uruguay 1 - 1 Ghana

Los africanos despiden a lo grande al último de sus representantes. Ghana se marcha del torneo con la cabeza bien alta. Este equipo tiene aires de grandeza por méritos propios y ha demostrado ante todo el mundo que la fuerza y potencia de Ghana no está al alcance de todos. Uruguay por su parte, se encomienda de nuevo a la pareja Forlán - Luis Suárez, que si bien es una sociedad increíblemente rentable, se romperá en las semifinales por una tarjeta roja en el último segundo del partido. Trajeta con sabor agridulce la del uruguayo, que dejando al equipo con diez y sin uno de sus delanteros más preciados para las semifinales, salvó al equipo de una eliminación segura al demostrar los reflejos suficientes como para detener el cabezazo de Adiyiah con la mano.

La primera parte del encuentro ya mostraba la intensidad del choque. Los primeros veinte minutos cayeron del lado sudamericano. Los uruguayos asustaban con sus llegadas y Diego Forlán y Luis Suárez comenzaban a acercarse con peligro. Kingson respondía con contundencia a los dos delanteros que incordiaban una y otra vez la portería ghanesa.

Cuando pasó el temporal para los africanos, comenzó el asedio contra la portería uruguaya. Ghana atacaba con todos sus efectivos y Uruguay comenzaba a echarse hacia atrás. Los anfitriones por proximidad, se sacudían así una presión asfixiante que no los dejaba crear juego al inicio del encuentro. Tras la respuesta, a punto de terminar la primera parte, Muntari pone el partido de cara para los de Ghana. Un disparo bien colocado desde la frontal del área hace inútil la estirada de Muslera, que mientras aterriza en el césped se lamenta por el minuto en el que Muntari decidió concentrar la precisión de su pie izquierdo.

Una primera parte intensa cuyo resultado se hace injusto teniendo en cuenta el juego ofensivo de los dos equipos. El esfuerzo realizado por los uruguayos y la claridad de sus acercamientos merecía al menos el gol del empate.

La segunda parte no podía ser menos, y para no perder tensión, a los diez minutos, Forlán lanza una falta lejana directamente a la portería que guardaba Kingson. El disparo comienza a realizar esos movimientos a los que nos está acostumbrando el jabulani, y tras engañar al guardameta, que al incio del disparo se fué hacia la izquierda, el balón acabó colandose por la derecha con una velocidad endiablada y con esa "folha seca" tan particular que tiene Forlán a la hora de disparar.

El partido, ya empatado, y lejos de volverse lento, creció en velocidad e intensidad. Los jugadores de ambos equipos comenzaron a hacer todo un despliegue físico que fue agotando las fuerzas de unos y de otros poco a poco. El choque estaba siendo violento en cuanto a fútbol y no en cuanto a gestos. La fuerza y potencia con la que se sucedían las jugadas era increíble, pero por desgracia reinó la ausencia del gol.

Entonces llegó el momento más importante de este partido. La noticia más morbosa de cualquier encuentro en el que se castigue con tanta dureza la derrota. La ventaja clara de un penalti a favor de Ghana, en el último suspiro del partido, con el tiempo ya vencido. Una última ocasión para los africanos con todo a su favor para llegar a una histórica semifinal. Gyen, la figura del equipo desde hace ya muchos partidos, se convierte en el encargado de lograr esa proeza para los ghaneses. Coloca el jabulani en el punto fatídico para los porteros, se aleja de el y visualiza la situación. Respira hondo, signo de cierto nerviosismo, agacha la cabeza y centra su mirada en el balón. Inicia la carrera, recorre esos cinco o seis metros que separan la tensión de la locura desatada. Distancia que se hace eterna para los ghaneses. El golpeo del balón llena de esperanzas a todos los africanos del lugar, y a la vez, hace encoger el corazón de Gyen, que sabe muy bien que la dirección del esférico no es la deseada. La tragedia se hace realidad, y el jabulani golpea el larguero uruguayo. Triste final para un equipo ghanes que lo tuvo todo a su favor para hacer historia.

Los penaltis siguen con el guión de todo el partido... tensión hasta el último lanzamiento. Destacar, a parte de los fallos, la entereza de Gyen, que lejos de achantarse, recoge el balón y se dispone a lanzar el segundo penalti de su equipo. Grande. Muy grande el jugador africano. Para quitarse el sombrero.

Por lo demás, dos grandes paradas del guardameta uruguayo a los lanzamientos de Mensah y de Adiyiah, dejan a los ghaneses con la miel en los labios a pesar del fallo de Maxi Pereira, que también envió su lanzamiento lejos de la porería. Uruguay consigue una clasificación para las semifinales con mucho sufrimiento, pero con un gran detalle técnico de Abreu en el último lanzamiento de penalti. Por desgracia para el fútbol solo puede clasificarse uno de los dos, a pesar de los méritos de ambos.

Se acerca la final del campeonato, y la primera semifinal ya empieza a demostrar el gran nivel que hay en juego... con permiso de la canarinha, Uruguay y Holanda nos dejarán un gran partido para el recuerdo, estoy seguro.

3 comentarios:

  1. El corazón de Gyen se encoge y el mío tb, con el corazón dividido por un sufridor Uruguay, contagiado por el rojiblanco Forlan y por una esperanza africana que inundaba el campo y las gradas, con miradas en las que se leía claramente hasta el último suspiro " SI PODEMOS".
    Sin duda, un Gran partido y un mundial de suspense!!

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  2. qué bonito Yanett!!!! me has transmitido con tu comentario.:) qué bien escribes!!!! Emoción hasta el último segundo y Ghana es un justo semifinalista moral. Luchó hasta el final, pero no pudo ser. Uruguay no había llegado tan lejos desde hace treinta años, pero para Ghana es su mejor resultado de la historia en un mundial.

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  3. Y hoy voy con los argentinos... quiero verlos en la semifinal y demostrar a Diego Armando que el juego español es vertical.

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