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martes, 6 de julio de 2010

España 1 - 0 Paraguay

Solo la pasión más desconocida por las personas ajenas a todo lo que implica un sentimiento tan descontrolado como el amor a una institución, puede llegar a explicar el éxtasis vivido el pasado sábado, en Johannesburgo. La ROJA, la furia española, los hombres de Del Bosque, ESPAÑA hacía historia llegando por primera vez en un mundial a la semifinal del campeonato. En el camino, Paraguay, que ha plantado cara reivindicando la potencia que tiene como conjunto bien ordenado, capaz de poner en apuros a cualquier otra selección, sea la que sea. Un choque como el del sábado refleja que aquellos equipos clasificados a estas alturas de la competición, bien merecen un puesto en lo más alto del ranking FIFA. Ese ranking definido por la parte ejecutiva de este deporte, que colocaba a Brasil tan por encima del resto que bien daba miedo tan siquiera saltar al campo, hace justicia con el resto de clasificados. Y es que viendo las posiciones de los equipos restantes, podemos llegar por fin a la conclusión de que la auténtica revelación de este mundial ha sido la inesperada Uruguay, mientras que tanto a España, como a Holanda y a Alemania, ya se las esperaba en esta situación.



Se acercaba el momento del pitido inicial, y los corazones españoles latían con tanta fuerza que eran capaces de hacer temblar al país. Todas las miradas estaban en el estadio de Johannesburgo, en vivo o en directo, todos seguíamos el inicio del encuentro. Una brisa de aire fresco rozó nuestras gargantas al suspirar justo cuando echó a rodar el jabulani. El juego había comenzado y todos los españoles confiaban en la victoria de tal forma, que incluso al iniciar el partido, ya nos sabíamos vencedores... aunque nadie se esperaba llegar a sufrir de la forma en la que lo hicimos.

Para empezar, y muy a pesar de nuestra seguridad, Paraguay avisó del posible desastre con las primeras llegadas y el ligero control del partido. La presión asfixiante de los paraguayos ponía nerviosos a los españoles que a duras penas conseguían sacar claramente el balón. Sin embargo, cuando lo conseguían, llegaba la sensación de peligro que demostraba a Paraguay que España quería estar en la semifinal a toda costa.

Tras los primeros veinte minutos paraguayos, en los que España se mantenía espectante, llegó el susto para todos los amantes de la ROJA. Alcaraz, que había subido desde su posición de central al área de Iker Casillas, buscaba una falta lanzada desde la derecha para utilizar la justa y necesaria violencia hasta encontrarse con el balón e impulsarlo al fondo de las mallas. Sin embargo, la embergadura del defensa no fue lo suficientemente alargada como para llegar a dicho balón. El susto rondó los corazones españoles, que por un momento se encogieron al dilucidar la remota posibilidad de que Paraguay diera la sorpresa en el Ellis Park Stadium de Johannesburgo.

Hasta aquí llegó la espectación. España decide comenzar a jugar y el equipo se viene arriba. El remate más cercano acaba siendo el de Xavi, que se marcha fuera por poco, tras asistir a un nuevo efecto endiablado del jabulani que ya había dejado tembloroso a Villar, portero paraguayo (no confundir con nuestro Villar,de la federación... ejem, sin comentarios). España volvía a devolvernos el presagio de que pronto iba a aparecer la salsa del fútbol. Y tanto fue así, que acabó llegando, pero del lado contrario. Valdez remataba sólo un balón prolongado por Cardozo que acaba en el fondo de la portería. España se hunde. No hay justicia para la experiencia ni para el sentimiento popular. España, como favorita, caía también en Johannesburgo. Entonces apareció la figura del juez de línea, que acabó con el sufrimiento español, levantando la bandera que indicaba el fuera de juego (cuanto menos dudoso), y permitía a España seguir con su objetivo.

Con el susto aún en el cuerpo, se llega al final de la primera parte, no sin antes ver lo que todos tememos llegar a pensar: la lentitud de Puyol frente a la velocidad de Valdez. Por suerte para nosotros, el paraguayo tampoco está fino.

La segunda parte trajo más tranquilidad al equipo. Aún restaba toda la segunda mitad para lograr el gol que tanto se había negado a asistir. Y entonces, cuando todos estábamos apretando los puños al saque de esquina por parte de Paraguay, Piqué comete su primer error defensivo, agarrando a Cardozo, que se marchaba sólo a rematar un balón. Atrás quedará el debate sobre si el paraguayo llegaba o no a ese balón. El colegiado señala penalti. España clama al cielo. Piqué busca cobijo en el interior de la tierra. Todas las personas que estábamos en ese momento esperando escuchar el gol para España quedamos totalmente petrificados. Pero, sin embargo, un sólo hombre se queda impasible ante los nervios y la tensión de unos y otros. Iker Casillas se coloca bajo palos y a pesar de las protestas de los jugadores, espera sin inmutarse a que Cardozo recoja el balón y lo sitúe en el punto fatídico. El momento llega, el silencio español casi puede escucharse a gritos, la tensión del momento hace que los vellos comiencen a retorcerse, y el tiempo parece que nunca más volverá a continuar con la misma velocidad. El golpeo de Cardozo acaba con el sufrimiento, y la parada de Iker Casillas da comienzo a la explosión de aplausos, saltos y cualquier clase de movimiento obsceno que denote alegría y menosprecio a un inocente colegiado que si bien señaló lo que realmente existía, se acabó ganando el odio español más fanático.

Con el corazón ya recuperado del sobresalto, se llega a la siguiente jugada, en la que Carlos Batrespenalti de Alcaraz sobre Villa, que se encontraba en una posición inmejorable para colocar a España por encima en el marcador. El colegiado guatemalteco señaló el penalti, pero a pesar de ello, debió pensar que el reglamento no contemplaba dicha situación y sacó una simple amarilla al defensa paraguayo. Habría que preguntarle al señor árbitro si lo del uruguayo Luis Suárez, que atajó el balón con la mano en la línea de meta también era tarjeta amarilla, ya que al parecer, lo del último hombre defensivo, en el mundial no es legislativo.

Con el penalti señalado y el primer tremendo error del colegiado al mostrar una simple tarjeta amarilla, llegó el espectáculo. Xabi Alonso lanza el penalti. El balón entra en la portería. Todos se abrazan en el campo. Todos saltan en las gradas. Paraguay se echa las manos a la cabeza. Y los jugadores recogen el balón para dirigirse al centro del campo, desde el que sacarán de nuevo para reanudar el partido. Entonces, antes de que los paraguayos muevan ficha, Carlos Batres decide publicar su nuevo manual del colegiado antipático. Introduce el silbato en su boca y lo hace sonar para que España pierda la sonrisa, obligando a Xabi Alonso a repetir el penalti por culpa de un brazo que se había colado en el interior del área antes del lanzamiento. De chiste. La cosa promete y el árbitro ya se ha asegurado ser protagonista en los cuartos de final.

Xabi Alonso repite el penalti, y esta vez, con el desánimo creado por el señor Batres, acaba estrellándolo en el cuerpo del guardameta. El jabulani sale rechazado, Cesc lo recoge, se deshace de Villar, y éste por efecto de la gravedad, acaba derribándolo en el área. Otro penalti claro sobre un jugador español. El árbitro, lejos de tener la intención de realizar un justo arbitraje, decide mirar para otro lado y dejar que sigan jugando, ya que aún queda suficiente tiempo como para hacerse notar más aún. Otro árbitro que debería volver a casa con los otros dos (el que anuló el gol de Inglaterra, entre ellos).

Con la rabia y la impotencia de una injusticia como la que acabábamos de vivir, España comienza a jugar al fútbol. La respuesta a los insultos indirectos por parte del árbitro hacia la hinchada roja, se hace notar. Los jugadores salen en defensa de nuestro honor y comienzan a tratar la pelota como sólo los españoles saben hacer. Las ocasiones comienzan a aparecer, a pesar de la incansable presión paraguaya.

Llega el minuto ochenta. Las fuerzas comienzan a flaquear, pero la visualización de esa semifinal se encuentra al alcance de la mano y nadie quiere perdersela. Sin embargo, España, impulsada por su hombre más laureado en los últimos días, acaba enviando a la red una serie de rechaces que bien podían haber narrado una novela de intriga, al presenciar como Cesc enviaba su disparo claro a la cepa del palo izquierdo, cuyo rechace acaba en los pies de Villa, que con un disparo igual de rápido, se saca el balón de encima enviándolo de nuevo al palo contrario. El Jabulani no quiere entrar y tras chocar en el palo derecho,  sale desviado en la otra dirección, golpeando el palo izquierdo por segunda vez. Pero en ese momento, el aliento de los millones de seguidores que veían incrédulos lo que allí estaba pasando, acabó introduciendo aquel balón inquieto en el fondo de la portería paraguaya. Estalló así la rabia e impotencia que teníamos todos en nuestro interior, para dar paso a la alegría desatada. El gol llegaba en el mejor momento para España, y la selección española hacía historia.

Este resultado nos llevaba a la semifinal del campeonato mundial de Sudáfrica. Semifinal en la que España se medirá por segunda vez en los últimos años a una Alemania muy fuerte capaz de meter miedo a cualquiera. Sin embargo, esta vez, ambos equipos tienen armas para jugar bien, y sin duda se tratará de un partido muy disputado, que por supuesto, espero que gane el mejor, y que el mejor sea España.

Cabe destacar también el debate actual sobre la alineación del próximo partido, que se jugará el Miércoles en el estadio de Durban. Y es que la inclusión de Torres está creando polémica. Si bien "el niño" no está en su mejor momento, no se debe olvidar que fue "este niño" precisamente el que nos dio aquel gol que nadie esperaba contra los germanos para traer a casa la Eurocopa del 2008. A pesar de ello, se debe tener en cuenta esos escasos minutos de los que dispuso Llorente, que cundieron más de lo que nadie esperaba. Ahí queda el debate, Torres o Llorente... o tal vez Silva????
El caso es que a mi entender, Torres aún tiene mucho energía dentro, y esa energía, puede llegar a salir en los próximos partidos... aunque siempre puedo equivocarme.

Para terminar, os dejo el ranking establecido por la FIFA de los equipos restantes en la penúltima fase del mundial:

Alemania: Puesto 6 º
España : Puesto 2º
Uruguay: Puesto 18º
Holanda: Puesto 4º

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